Porque es importante saber alimentarse


Alimentacion en el Adulto Mayor
Cuando el cuerpo alcanza la madurez fisiológica, la velocidad de los cambios degenerativos llega a ser mayor que la velocidad de regeneración celular.
El envejecimiento se caracteriza por una pérdida de masa corporal magra (músculos) y aumento de la masa grasa, este hecho determina la movilidad del adulto, la propensión a caídas y los cambios en el metabolismo. La actividad física regular tiene un efecto positivo en el mantenimiento de la masa magra y en el funcionamiento de órganos y sistemas. Las caminatas diarias de 30 minutos son ideales para el adulto mayor siempre y cuando no estén contraindicadas por el médico.
También hay deficiencias frecuentes de vitaminas y nutrimentos inorgánicos, entre los que se encuentran el ácido fólico, el hierro, el zinc, las vitaminas C, D y E.
Otras de las pérdidas que sufre el adulto mayor son las sensoriales del gusto, olfato y sensibilidad, las cuales determinarán el apetito y la selección de sus alimentos. Esto origina a que prefieran los alimentos dulces, además de agregar más sal y grasa a sus preparaciones.
Los adultos mayores reducen su ingesta de alimentos y de actividad física de manera considerable, situación que los predispone a padecer desnutrición, anemia y otras deficiencias de micro nutrimentos.
Recomendaciones de consumo
Aceites.- Aceites vegetales presentes en nueces, almendras, cacahuates, pistaches, entre otros, proporcionará vitamina E
Carnes.- Reemplace las carnes rojas por legumbres, carne vegetal, huevos, jurel, atún o salmón en conserva. Al comprar carne, elija carnes magras (sin grasa) aportarán zinc y hierro. No compre huesos, porque no alimentan.
Huevos.- Consuma 1 a 2 huevos en la semana.
Fibra.- Aumente el consumo de alimentos ricos en fibra, el consumo recomendado es de 20–25g por día,  proveniente de cereales integrales, pan,  leguminosas, legumbres, frutas y verduras crudas. La fibra, además de tratar el estreñimiento, reduce el colesterol y la glucosa sanguínea,
Agua.- Beba agua en los intervalos de las comidas, 6 a 8 vasos en el día. El pobre consumo de líquidos se debe a que la percepción de la sed disminuye, por lo que una buena forma de aportar los requerimientos mínimos de 1.25 L por día es, proporcionando alimentos líquidos ej.: sopas, caldos, licuados, cremas, puré, jugos, leches, yogures, gelatinas.
Sal.- Consuma sal muy moderadamente. Lave los alimentos que contienen mayor cantidad de sal como: aceitunas y atún en conserva, entre otros.  El consumo de sal no deberá sobrepasar los 5g (1/2 cda) por día para mantener una presión arterial fuera de riesgo.
Te y café.- Disminuya el consumo de té y café, porque alteran el sueño y son diuréticos, es decir, contribuyen a la deshidratación, en especial cuando se toma poco líquido.
Alcohol.- Si toma bebidas alcohólicas, disminuya su consumo a no más de una copa de vino tinto al día. El alcohol modifica el efecto de los medicamentos, aumenta el riesgo de accidentes, caídas y fracturas, y eleva la presión sanguínea.
Hábitos.- Coma lento, mastique bien. Si tiene problemas para masticar, coma la carne molida y las verduras, y frutas ralladas o cocidas. Coma en lo posible 4 comidas al día.Se debe moderar el consumo de alimentos dulces, ya que el exceso de azúcar eleva el riesgo de una pronta saciedad y favorece el desarrollo de diabetes tipo 2. 
 
 
La Alimentación Tradicional es la elección ideal y eficaz para alimentarse, siempre y cuando aporte todos los nutrientes necesarios y en cantidades adecuadas (equilibrio alimentario) para mantener un buen estado nutritivo del adulto mayor.
Elegir alimentos ricos en fibra, bajos en grasas y azúcares refinados, además de las recomendaciones específicas en cuanto al número de raciones diarias de cada grupo de alimentos.
Posible necesidad de suplementar la dieta con calcio y vitamina D (para reducir el riesgo de fracturas óseas) y vitamina B12.
Por grupos de alimentos los expertos acentúan: consumir alimentos integrales, productos lácteos con poca grasa, carnes magras, pescados y aves de corral,
Sin embargo, existen situaciones que dificultan que las personas mayores puedan alcanzar un adecuado aporte nutricional con la Alimentación Tradicional. Entre ellas destacan la pérdida de autonomía, la dificultad para comprar, preparar y cocinar los alimentos y la dificultad para masticar y/o deglutir; en otras situaciones, se precisa un mayor aporte de nutrientes, como en caso de pérdida de peso, de úlceras por presión, etc. En todas estas situaciones existe el riesgo de no cubrir las necesidades nutricionales.

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